Los beneficios del pastoreo en los espacios protegidos se ejercen a diversos niveles. Por un lado, el uso por el ganado contribuye al reciclaje de nutrientes del suelo, favoreciendo el secuestro de carbono en los pastos e incrementando su fertilidad con la dispersión de sus deyecciones. El pastoreo fomenta la diversidad de especies vegetales en los pastos mediante el consumo selectivo de distintas plantas, favoreciendo a las menos dominantes, así como por el pisoteo y la dispersión de sus semillas, bien adheridas a su cuerpo o bien al ingerirlas y dispersarlas después en las heces, facilitando su germinación. Con ello se altera tanto la composición botánica como la estructura espacial de la vegetación.

No siempre es fácil explicar estos ataques de agentes bióticos sobre el arbolado, ya que parecen contra intuitivos respecto de la idea de una estabilidad ecológica en el tiempo de los hábitats forestales. Estas “epidemias”, que pueden ser juzgadas de extemporáneas, tienen en ocasiones explicaciones más evidentes, estando su aparición asociada a una entrada artificial y vinculada al ser humano del patógeno.

Los hábitats forestales están siempre en riesgo de ser objeto de ataque por parte de un patógeno, bien por la “novedad” del mismo en el sistema o por la predisposición provocada por un episodio climático adverso. Por otro lado, y en cada vez más ocasiones, es la incidencia directa de episodios climáticos extremos, sin mediación de plagas o enfermedades que intervengan en el proceso, la que empíricamente se constituye en el factor directo de daño en el arbolado. La estructura de la masa está detrás de esta tendencia a sufrir daños masivos, bien por un exceso de densidad o por presentar una estructura funcionalmente homogénea y “envejecida” (como los montes bajos leñeros abandonados), ambas circunstancias asociadas a un déficit de gestión.

Mundo Agropecuario

En un artículo publicado en Nature Plants , los investigadores de Royal Botanic Gardens, Kew, detallan por primera vez la escala de especies amenazadas que no se pueden conservar en los bancos de semillas.

Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente

Destaca que de los 50,6 millones de has de superficie que tiene España, casi 44 millones, es decir el 87% de la superficie total del país, es terreno cinegético. Resalta la labor desarrollada por el Ministerio, para lograr hacer realidad la licencia interautonomica de caza y pesca, que ya se puede disfrutar en las CCAA de Aragón, Asturias, Castilla y León, Extremadura, Madrid y Comunidad Valenciana, Galicia y Murcia